Dicho así parece demasiado presuntuoso, pero cuando te lo explique verás cómo no piensas igual. La idea de impactar en las personas que nos rodean es mucho más realista que cualquier otra, está claro que según nosotros actuamos, pensamos y vivimos, dejamos una impronta mejor o peor a nuestro alrededor.
Decidir cómo quieres que sea es tu responsabilidad, la realidad es que somos seres sociales, estamos rodeados de personas más o menos cercanas, pero no podemos vivir aislados. Esto ocurre a todos los niveles, el personal, familiar, profesional o social, ya sabes, toda acción tiene su reacción.
Y si vienes del mundo empresarial, no tienes opción, si o si debes dejar esa impronta, ya que pasar indiferente ante tu público es muy mala señal. Si te cuento mi situación está claro que mi empresa tienen una visión y una misión específica que conecta directamente contigo, yo hago lo que hago porqué es fundamental para mi ayudarte, bien a resolver tus problemas, bien a tener una empresa acorde contigo y con tus valores, tener una empresa sana y feliz.
Así que el impacto que yo creo en el mundo es directo, ya que lo que yo hago te ayuda a convertirte en una empresa feliz, una empresa donde se hacen las cosas bien desde el principio, donde se respeta la legalidad, donde se respeta al cliente y al proveedor, creando un espacio amable donde vender de manera justa tu trabajo, donde tus trabajadores son respetados, incluso queridos.
Y todas las acciones de mi trabajo van encaminadas a esa misión, lograr que tu empresa forme parte del elenco de las empresas felices.
Si miro hacia atrás y veo todos los años que llevo trabajando e intento fijar el número de empresas con las que he trabajado, me encuentro con un montón de ellas, y si al menos al 75% de todas ellas supe transmitir la forma de hacer las cosas que a mi me gusta, el circulo se abre, ya que ellos también transmitirán esa forma de hacer las cosas.
No hay nada más gratificante que rodearte de personas que ven la vida de la misma manera que tú, por eso siempre buscamos espacios donde hay personas que encajan con nosotros, buscamos grupos, clientes, proveedores con un perfil determinado, uno que suele parecerse mucho a ti.
Así que efectivamente tenemos un impacto en nuestro mundo, en las personas que se relacionan con nosotros, tenemos un objetivo, y es que lleguemos a nuestra gente, a aquella que conecta totalmente con nosotros, con quién nos hace crecer y brillar. También habrá muchos de los otros, pero ten por seguro que lograrás dejar huella en ellos. ¿Cuán de importante es cuidar entonces lo que hacemos?
Piensa en lo que quieres transmitir a tus clientes, a sus familias, piensa en cómo te gusta hacer las cosas y a quién buscas en concreto para impactar más. Si lo visualizas lograrás entender mejor lo que te estoy contando.
Por eso es tan importante el amor en el mundo empresarial, aunque parezca que no tiene nada que ver. La semana pasada hablábamos de pasión, de nuestro motivo existencial, hoy hablamos del impacto que creamos en el mundo que nos rodea y la semana que viene hablaremos del amor por nosotros mismos, el amor propio.
Olvídate del amor de novela romántica, no se trata de ser empalagoso, sino de ser coherente con uno mismo y hacer las cosas con mucho sentido común, cuidando al otro también, esté en la posición que esté.
Este cuidado casi es más importante en las empresas chiquitas, como la tuya, en la que todo depende de tu valor fundamental, tú, y donde puede más los detalles.
¿Te has dado cuenta cómo maximizan los detalles las grandes marcas de lujo? Ponen todo el enfoque en la calidad, en el detalle, en el sentimiento que generan, en el amor al fin y al cabo.
Tú deberías considerarte como una gran marca de lujo, el activo más grande de tu empresa sigues siendo tú, es imprescindible que cuides todos los detalles y prestes un servicio o vendas un producto de calidad, ofreciendo un precio ajustado en el que todos ganen y no solo tú. Este ambiente nos enseña a los demás cómo es tu empresa y cómo eres tu, y así los demás podrán conectar contigo.
Y como causas impacto desde el minuto cero, lo mejor es que cuides esa primera impresión, que sólo se dará una vez, para poner toda la carne en el asador y conseguir que esa primera impresión sea el mejor impacto que podamos causar.
¿Qué haces tú para cambiar tu mundo? No te vayas sin contarnos tu impacto en el mundo.