Cuando es más importante pensar en ti que en los demás
Cuidarse, esa extraña acción que puede desorientarnos. Toda la semana ando dándole vueltas a la idea de ser egoísta, así tal cual suena, egoísta, y no me gusta nada las emociones que experimento alrededor de dicha palabra. Reconozco que mi educación católica tiene un peso grande en esas sensaciones y que mi madre también.
Y la verdad es que si solo habláramos de egoísmo, así, aisladamente, posiblemente muchas de las connotaciones que encontráramos serían malas, pero yo quiero avanzar un poco más. Quiero que nos centremos en lo verdaderamente importante, en el punto donde quiero llegar.
Y es al centro de uno mismo. El tema de la semana habla de cuidarnos nosotros para poder cuidar de los nuestros, de nuestro proyecto, de nuestro equipo y de nuestros sueños. Así que al final hablamos de un verdadero acto de amor, cuidarse cómo declaración de principios.
Es muy fácil, dentro de la rutina diaria, olvidarnos de nosotros, de dejar aquéllas cosas que nos benefician para más tarde, mucho más fácil es anteponer las necesidades de quién nos rodea de las nuestras propias, y al final, todo se transforma en un disparate.
¿Te suena algo lo que te cuento? Yo soy de esas que siempre anteponen lo de los demás a lo mío propio, que dejo mi cita para el ginecólogo para el final o que no voy a la peluquería porque no tengo tiempo.
Incluso para quedar con mis amigas, debemos tener un plan a seis meses vista, a veces es imposible quedar tranquilamente, sin prisa y sin mirar el reloj, y todo ello porque estamos llenas de obligaciones.
Pero muchas veces, lo que de verdad pasa es que no somos nada objetivos, y no paramos a observar, a evaluar y a tomar decisiones. Recuerdo que durante años me tomaba los lunes por la tarde para ir a clase de cerámica, que me encantaba. Aunque eso fue antes de que naciera Carlota, claro está, y cuando trabajaba de lunes a viernes hasta las nueve de la noche, imagina lo que significaba poder tener una tarde sólo para mi.
Y recuerdo, que una vez un cliente me preguntó que qué hacía los lunes, y así tan tranquilamente me preguntó ¿te quedas en casa a limpiar y planchar? Imagínate el horror, mi día libre, un día sólo para mi y los demás quieren que lo dedique a limpiar y planchar. A eso me refiero.
Ya sabes que me gusta buscar un método fácil para cualquier cosa que me proponga, porque creo que cuando los planes no nos dan trabajo, tienen más oportunidad de llevarse a cabo. Así ue comenzamos.
¿Cómo te cuidas? ¿Tienes básicos a los que acudir?
Ya sabes que muchas de nuestras rutinas nos sirven para muchas cosas, igual nos sirven para organizarnos, que para desconectar o en este caso cuidarnos. No hay que tener grandes aspiraciones, ya sabes que creo firmemente en el poder del detalle, en las cosas sencillas, en el impacto de nuestro alrededor en nosotros mismos.
Y para mi, lo básico, lo más necesario, es tener energía, y eso solo lo consigo de dos maneras, una durmiendo las horas necesarias, no necesito dormir demasiado, pero entre seis y siete horas cada noche si son básicas. Aunque a veces me desquito y duermo doce del tirón.
Otra es con mis clases de Pilates, y dejo que Marisa me cuide tanto cómo ella considere necesario. Los ratos que disfruto con ella están íntimamente ligados con la energía que genero para continuar la semana, así que intento no abandonarla nunca.
Además intento rodearme siempre de personas que suman e intento huir de las que restan, aunque sé que no siempre es fácil y muchas veces tendremos que aprender a manejarlos para que no nos afecte.
Si alguna vez viene al caso, ya os contaré las andaduras de mi nuevo vecino, una persona que no sólo resta, sino que todo lo hace complicado, pero eso es otra historia.
Y, desde luego, mi acción estrella es disfrutar con mi trabajo, vivir con pasión todo lo que hago, conseguir que esa pasión se transforme en energía y me lleve donde me lo proponga. Y la verdad es que no se moverme sin pasión, es como mi motor, y cuando tengo un bajón, me paraliza. ¿Te suena?
Y ya para acabar, intento hacer cosas que me gustan, por el simple placer de hacerlas, me gusta hacer fotos, dibujar, estampar,, dar besos, pintarme las uñas de los pies a juego con los pies de mi familia, disfrutar de un polo de hielo, y sobre todo me dejo cuidar por los que me quieren.
Estoy convencida que si logras no abandonar estas rutinas verás cómo te sientes cuidada y eso permite llegar donde quieras, incluso aunque no seas todo lo planificado que debieras.
¿Y tú que haces para cuidarte?